El año 2019 quedará en el recuerdo como el momento en el que los robots colaborativos dieron la campanada. ¿Por qué ahora, si los cobots se empezaron a comercializar en 2008 y desde entonces su cuota de mercado ha ido creciendo año tras año? La razón es que, en el curso que estamos a punto de cerrar, los brazos robóticos han demostrado su grado de madurez y consolidación, siempre respaldados por el rápido retorno de la inversión que ofrecen a las pequeñas y medianas empresas que confían en la automatización como plataforma para crecer en competitividad.
España gana peso en robótica colaborativa
Probablemente, la efervescencia del sector de los cobots se manifestó con la máxima claridad en WeAreCOBOTS, el primer congreso mundial de robótica colaborativa, que, no por casualidad, se celebró en España, concretamente en Madrid. Expertos nacionales e internacionales, empresas punteras desarrolladoras e integradoras de soluciones colaborativas y pymes que ya se benefician de la versatilidad y seguridad de los cobots se dieron cita en un evento que puso de manifiesto el potencial de los brazos robóticos para penetrar en cualquier sector industrial e incluso en segmentos emergentes, como la restauración.
La cobotización de nuestra industria se confirmó en una segunda apuesta de Universal Robots por España: la inauguración en el distrito 22@ de Barcelona del primer hub mundial de robótica colaborativa, desde el que, conjuntamente con MiR (Mobile Industrial Robots), trataremos de estimular la innovación robótica en las pymes del sur de Europa. Intentamos exportar un modelo, el de Odense (Dinamarca), que conocemos muy bien. Se sustenta en la colaboración entre empresas, instituciones académicas y sector público.

La presentación de nuestra nueva sede española sirvió también para exhibir la última incorporación a nuestra familia de robots: el UR16e, un cobot capaz de manipular material pesado de hasta 16 kilos con la máxima precisión. Al encontrarse dentro de la e-Series, el robot está provisto de 17 funciones de seguridad, software para simplificar la programación de aplicaciones y hardware para conectarse con velocidad a herramientas de fin de brazo que le brindan una notable extensibilidad.
Un tercer argumento que explica el auge de los cobots en España es el éxito mundial que están teniendo las startups nacionales que fabrican efectores finales para robots colaborativos. La última prueba la hemos tenido con la certificación de las garras LU_Grippers, diseñadas por la empresa gallega Lupeon, por parte de la plataforma abierta Universal Robots +. Estas grippers están elaboradas con fabricación aditiva y destacan por su ligereza, con lo que pueden agarrar objetos de mayor tamaño y se adaptan a cobots de dimensiones reducidas. Suponen, por tanto, un ahorro de costes.
Colaboración humano-robot, más cercana que nunca
Insistimos en que 2019 ha sido el año de los cobots porque han empezado a derribar barreras mentales.
La compañía RNB Cosméticos ha sido testigo directo de cómo los robots colaborativos no solo impulsan la productividad y la calidad de los procesos de fabricación, sino que también mejoran las condiciones laborales de la plantilla: fomentan la generación de puestos de empleo al incrementar la producción, elevan el nivel de competencias de los trabajadores, quienes se especializan en el manejo de los robots, y reducen lesiones y problemas vinculados con la falta de ergonomía de algunas tareas repetitivas.

Que los seis robots UR10 se han integrado como un compañero más en RNB Cosméticos lo demuestra el hecho de que los operarios incluso les han puesto apodos.
Este caso de éxito trae a colación una tendencia creciente a estrechar la Human-Robot Collaboration a niveles hasta ahora desconocidos.
Los cobots de Universal Robots han sido participantes activos de este acercamiento. 2019 ha sido un año especialmente fructífero a este respecto. Y es que, en unos pocos meses, a los brazos robóticos los hemos visto emocionando al bailar junto a la reputada coreógrafa Sol Picó en el Teatre Nacional de Catalunya; formando parte de la escenografía futurista de la ópera Turandot que se interpretó en el Liceu de Barcelona tras veinte años desde su reapertura, y trazando relieves en el barro al son de la música de Haydn dentro del proyecto Robot Orquestra, que mostró sus primeros frutos en el Auditori de Granollers.
La formación: un puente entre robots y trabajadores
Hasta ahora hemos hecho memoria sobre el auge de la robótica colaborativa en España y sobre una relación cada vez más cercana entre robots y humanos. Esto no sería posible sin el tercer elemento que queremos destacar, el nexo de unión entre robots y trabajadores sobre el que debería basarse el futuro de la industria para garantizar la competitividad económica de España y la protección tanto del tejido empresarial como del mercado laboral.
Nos referimos a la formación. Este año hemos llevado a cabo diversas acciones para apuntalar nuestro compromiso con la mejora de habilidades de los profesionales del presente y del futuro.
Podríamos hablar de la plataforma online gratuita Universal Robots Academy, que enseña a hacer funcionar un cobot en pocos minutos, o los webinars que hemos organizado a lo largo del curso, pero hay otras tres cuestiones que han destacado especialmente en 2019.
La primera es el hackathon HackTheCobot que celebramos en Advanced Factories y en el que compitieron alumnos de distintas universidades para programar un UR3. La Salle Barcelona fue el centro que más brilló al configurar el cobot para que realizara funciones de speech recognition, realidad aumentada y data mining durante el ensamblaje de un teléfono móvil. Como premio, los alumnos vencedores pudieron visitar nuestra sede central en Odense.

La segunda es la puesta en marcha de una red mundial de centros de formación en robótica colaborativa autorizados por Universal Robots. Nuestra propia sede en Barcelona y la academia de ARM Robotics Institute fueron los primeros centros que se unieron a esta iniciativa a nivel español. Nuestra premisa es que los empleados deben poder practicar en el aula con los mismos robots que se encontrarán en su puesto de trabajo.
Y esto es precisamente lo que priorizamos en el tercer aspecto que queremos destacar de la formación en robótica y automatización este 2019: se trata del quinto aniversario del proyecto en el que colaboran Universal Robots y el Gobierno foral de Navarra para acercar la Industria 4.0 a los estudiantes de FP. Cerca de 2.000 alumnos de Robótica y Mecatrónica ya han podido programar y diseñar puestos automatizados en el aula gracias a nuestros brazos robóticos.
Por todos estos motivos, creemos que sí, que en 2019 la robótica colaborativa se ha hecho más fuerte que nunca, precisamente porque ha fortalecido su relación con las personas.