Con cadenas de suministro cada día más complejas y globales, la trazabilidad de los procesos productivos es esencial para detectar cualquier fisura en el proceso de elaboración de las piezas y componentes de un producto. Y es que una pieza defectuosa ensamblada, por ejemplo, en un electrodoméstico, puede dejar en saco roto todo el tiempo y recursos dedicados a la elaboración del producto final.
Ante estos riesgos, ha crecido el interés por la estandarización y automatización de la producción mediante la robótica colaborativa.
Fabricación precisa con robots colaborativos para evitar productos defectuosos
Cuando hablamos de tareas repetitivas y extenuantes, no cumplir los tiempos de ciclo en una aplicación de pick and place, que una pieza se caiga y se deforme, aplicar una fuerza desigual en el dispensado de mástico o colocar incorrectamente una perforadora pueden generar productos defectuosos. ¿Qué tienen en común todas estas situaciones? Todas ellas son probables en los procesos de fabricación manual.
En cambio, con una variación inferior a 30 micras, los cobots son capaces de repetir el mismo movimiento durante horas sin alterar su rendimiento. Además, los robots colaborativos son ligeros, versátiles, fáciles de usar y precisos, por lo que pueden asumir tareas nuevas con pequeñas reconfiguraciones y manipular objetos pequeños y delicados.
Tras utilizar un cobot UR3e para tareas de soldadura, perforación, dispensación de silicona y ensamblaje en la industria electrónica, la compañía Creating Revolutions notó una mejora sensible en la calidad de sus productos. “Nuestro porcentaje de productos defectuosos ha pasado de dos dígitos a estar por debajo del 1 %. Nuestros gastos se han reducido considerablemente, mientras que nuestra producción se ha multiplicado”, afirma Einar Rosenberg, director ejecutivo de la compañía.
El hecho de que los cobots se dediquen a las tareas más mecánicas facilita, además, que los empleados puedan destinar su tiempo a observar el proceso desde una perspectiva más amplia y estratégica, asumiendo tareas como la supervisión o la gestión de la calidad, a fin de reducir la tasa de productos defectuosos.