Desde que en 2008 se comercializara el primer robot colaborativo, la industria ha crecido bajo los pilares de la flexibilidad, la accesibilidad y la facilidad de programación hasta los más de 34.000 cobots que la compañía ha vendido hasta la fecha. WeAreCOBOTS reflejó la expansión que los brazos robóticos han alcanzado hacia empresas de todos los sectores y tamaños, mostrando en directo tareas como soldadura, pintura, atornillado, envasado, paletizado, bin-picking, colación de piezas y control de calidad, entre otras.
No en vano, el crecimiento del mercado de los cobots es del 70% anual y, según datos de Loup Ventures, en 2025 los robots colaborativos ya representarán el 34% de las ventas de robots a escala internacional, el equivalente a un volumen de negocio de 13.000 millones de dólares.
“WeAreCOBOTS ha demostrado el interés que despiertan los robots colaborativos en todo tipo de compañías y trabajadores”, señala Jordi Pelegrí, Country Manager de Universal Robots en España y Portugal. “Nos dirigimos hacia un ecosistema de producción cada vez más automatizado en el que los robots aportan la máxima precisión, seguridad y productividad mientras liberan a los trabajadores para que exploten su creatividad y empatía con las necesidades de los clientes”.
Ante esta situación de crecimiento de la cobotización, los expertos que comparecieron en WeAreCOBOTS reflexionaron acerca de las últimas tendencias que están perfilando el futuro de la industria en España. Avances como la posibilidad de integrar sistemas de visión artificial y otras aplicaciones dentro de una sola plataforma de desarrollo, las instalaciones móviles para que el cobot trabaje en distintos puntos de la cadena de producción y los espacios cada vez más compactos dibujan un horizonte de innovación abierto para la pequeña y mediana empresa.