El fundador de Universal Robots gana el Premio Engelberger 2018

La Asociación Americana de Industrias Robóticas (RIA) ha otorgado a Esben Østergaard, co-fundador y actualmente CTO de Universal Robots, el Premio Engelberger Robotics 2018, el también llamado “Premio Nobel” de la Robótica. Desde 1977, este Premio se otorga a personalidades que destacan por su excelencia en el desarrollo, la aplicación, la educación y el liderazgo tecnológico en la industria de la robótica.

Esben Østergaard encabezó el desarrollo de los brazos robóticos colaborativos de Universal Robots, lo que representa uno de los avances tecnológicos más importantes del sector de la robótica industrial en décadas. El Presidente de la Asociación Americana de Industrias Robóticas, Jeff Burnstein, ha calificado al fundador de Universal Robots de visionario a la hora de definir una nueva categoría de robótica, señalando; "su trabajo en el campo de las aplicaciones robóticas colaborativas ha permitido a los robots entrar en sectores antes impensables en casi todas las industrias".

"Me siento profundamente honrado de ganar este Premio que lleva el nombre de Joseph Engelberger, quien revolucionó la fabricación industrial con la robótica", dice Esben Østergaard y añade; "soy un gran admirador de su trabajo y su opinión de que un robot debería ser capaz de manejar una serie de tareas en una fábrica se alinea con la misión principal de Universal Robots, y soy un gran admirador de su trabajo."

La 5ª revolución Industrial

"Queremos volver a poner el control de la automatización industrial en manos de los operadores, en lugar de sustituir a las personas, queremos darles una herramienta para que desempeñen su trabajo de forma más eficiente", afirma Esben Østergaard. "Queremos que dejen de trabajar como robots y se conviertan en programadores de robots y así puedan realizar más tareas de valor añadido. Lograr esto quizás sea el mejor resultado a largo plazo derivado del aprovechamiento de los robots colaborativos", añade, llamando a esta nueva era, la quinta revolución industrial.

Esta redistribución de la creatividad humana, junto con la repetibilidad del robot, responde a la evolución del mercado y a las necesidades de los clientes, que exigen un alto grado de individualización del producto. Es un cambio cualitativo tanto en los productos como en la gente que los fabrica.