La empresa californiana RSS Manufacturing and Phylrich es un claro ejemplo de compañía que ha empleado la práctica del reshoring. Su CEO, Geoff Escalette, comentó en unas declaraciones que su principal intención como empresa era trasladar toda la producción a su país de origen, en este caso Estados Unidos. Además, añade que la implementación de la robótica colaborativa es indispensable para llevar a cabo este proceso.
Al encontrarse con la necesidad de tener que cumplir con un nuevo pedido de 700 unidades mensuales, la compañía optó por incluir en su proceso de producción un modelo UR5 de Universal Robots. Esta ha sido la solución más rentable para lograr la automatización del trabajo, ya que el UR5 es capaz de trabajar con mayor autonomía y versatilidad que las máquinas CNC y con gran eficiencia en las cadenas de montaje, concretamente, realizando tareas de doblaje de tubos. Como explica el CEO de la compañía, “nuestra máquina CNC podía producir alrededor de 400 unidades al mes en dos turnos, lo que nos habría obligado a adquirir una máquina más incluso si hubiésemos incluido un tercer turno”. Y continúa, “gracias a la elección del UR5, la tasa de producción aumentó considerablemente y no fue necesario contar con una nueva máquina CNC”.
En este caso, la robótica colaborativa proporcionó a la empresa una mayor flexibilidad y un aumento de la producción. Además, recuperaron el desembolso inicial en muy pocos meses. Otro aspecto importante para la compañía fue la reducción de costes destinados a velar por la seguridad de los trabajadores, pues las características de seguridad de los robots colaborativos hacen que no se deba invertir en productos destinados a la protección del operario.
Geoff Escalette, el CEO de RSS Manufacturing and Phylrich, admite que al principio los empleados de la compañía no se mostraban muy entusiasmados con la llegada del cobot. Los operarios pensaban que iban a ser remplazados por ellos. Ahora, explica que sacan un mayor partido a sus empleados, con planes de formación y promociones internas que afectan desde operadores de máquinas hasta programadores de robots e inspectores del control de calidad. Cuando los trabajadores se dieron cuenta de la facilidad y sencillez con la que se podían manejar los robots colaborativos y el abanico de posibilidades que ofrecían, todos aceptaron. Ahora mismo, concluye que todos los empleados están realmente contentos tras haber aprendido a programar un robot colaborativo de forma sencilla. De esta manera, el proceso de reshoring ha sido posible gracias a la implementación de la robótica colaborativa de Universal Robots, que ha permitido la automatización de la producción en un gran número de empresas.